lunes, 7 de mayo de 2012

corazón nuevo

Mi corazón, como una sierpe,
se ha desprendido de su piel,
y aquí la miro entre mis dedos
llena de heridas y de miel.

Los pensamiento que anidaron
en tus arrugas, ¿dónde están?
¿Dónde las rosas que aromaron
a Jesucristo y a Satán?

¡Pobre envoltura que ha oprimido
a mi fantástico lucero!
Gris pergamino dolorido
de lo que quise y ya no quiero.

Yo veo en ti fetos de ciencias,
momias de versos y esqueletos
de mis antiguas inocencias
y mis románticos secretos.

¿Te colgaré sobre los muros
de mi museo sentimental,
junto a los gélidos y oscuros
lirios durmientes de mi mal?

¿O te pondré sobre los pinos,
libro doliente de mi amor,
para que sepas de los trinos
que da a la aurora el ruiseñor?

...oooOOOooo...

federico garcia lorca


ROMERÍA DEL ROCÍO


ANÉCDOTA

Concep es nuestra profesora de informática, y hoy nos propone hacer como tarea, una redacción para colgarla o ponerla en el blogger. Pensando se me viene a la cabeza una anécdota, la voy a llamar así porque pasó hace algunos años. En aquel momento, pasamos un mal rato aunque de vez en cuando, la recordamos y la verdad nos reimos mucho. 
Mi sobrina Rocio de pequéña era una niña vivaracha, inquieta, traviesa y además muy mal comilona. Mi hermano y mi cuñada trabajaban los dos, y la niña se la dejában a mi madre. Mi madre es una mujer muy paciénte  y cariñosa,  pero a la hora de dar de comer a la niña se echaba a temblar. Por aquel entonces, teniamos una casa con un gran corral, como se llamaba entonces, hoy día patio trasero, bueno un corral como digo con muchos animáles gatos,  conejos, gallinas, perros, una cabrita pequeña y una totuga de unos 25 centimetros.
Pues de la niña y la tortuga voy a escribir.  Mi madre, se llevaba la niña a comer al corral,y mientras se entretenía con los animales, habría la boca tardaba mucho en darle de comer pero la niña comía que era de lo que se trataba.
Cuando empezó ha hechar muelas y colmillos,  porque los hechó todo a la vez pasó una etapa muy mala la cría,  me acuerdo que había parido una gata cinco o seis gatitos, y se sentó mi madre con la niña delante de la caja donde había parido, cuando en ese momento llegó mi cuñado,y viendo la desesperación de mi madre cogió la tortuga y la niña la tocaba empezó ha jugar con ella. La tortuga metia la cabeza para dentro, le metía el dedo en el ojo, la tiraba al suelo mi cuñado lavovió a coger y le decía ¡come come! si nó selo come la tortuga le arrimó la totuga a la cara sacó la cabeza y le dió un bocado en la oreja a la niña que la dejó negra llorando no había forma de quitarle de la oreja la tortuga, si la niña lloraba más lloraba mi madre. Mi cuñado nervioso sin saber que hacer por la situación le juntó aceite , le tiraba del rabo, y solo la soltó con un paño empapado en amoniaco.
El susto de mi cuñado le duró mucho tiempo, tanto que cuando llegaba a casa y estaba la niña comiendo se iba.
De la tortuga no sé que fué de ella, lo que si sé es que aquella niña es hoy una jovencita, guapa y cariñosa y si hoy día no come es cuenta de ella porque esté a dieta porque se nos casa si Dios quiere en Septiembre